sábado, septiembre 12, 2009

CASUALIDAD

Después de volverte a extrañar no lo pude resistir y te salí a buscar,
traté que pareciera un encuentro casual, cruzarme por tu camino,
firgir sorpresa y mostrar poco interés. Decías que llevabas prisa, pero no pudiste resistir la tentación de quedarte a conversar. Primero el saludo cordial, preguntar qué hemos hecho desde que nuestras vidas tomaron rumbos diferentes, felicitarnos por los éxitos y lamentar los fracasos, alegrarnos por nuestras nuevos amores. Aún conservas esa manía de morderte las uñas y yo la de regañarte por hacerlo; luego una sonrisa de complicidad, la invitación a un café, una charla, el roce de manos, el coqueteo.
Seguimos con la verdad, realmente a veces te extraño y realmente creo que no soy tan feliz. Tu mano sobre la mía, mis ojos que buscan tu mirada, tu boca que busca la mía. ¡Aquí no! Alguien puede vernos. La promesa de que sólo será algo casual, un par de horas, un lugar apartado, tu cuerpo y el mio en esa danza que conocemos muy bien. Olvidaba que bien nos entendiamos. ¿Por qué nos separamos? Risas, melancolía. ¿Qué hora es? Me esperan, a mí también. Que gusto haberte encontrado por casualidad, un abrazo, un beso de despedida.
Tal vez nos volvamos a encontrar.


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