Desde la evangelización de Oaxaca llevada al cabo por los Dominicos Fray Gonzalo Lucero y Fray Bernardino de Minaya, a la cabeza de un sinnúmero de misioneros civilizadores; se implementaron las fechas para celebrar a los Fieles Difuntos, tomándose como resultado del culto a los muertos que ya tenían los pueblos aborígenes y las preces de la Iglesia por los antepasados.
En la actualidad la celebración de Muertos se inicia a mediados del mes de octubre con la adquisición de los productos que habrán de colocarse como ofrenda en un altar. Desde muy temprano, los mercados se instalan y se visten de olores y colores característicos, entonces comienza la concurrencia de deudos.
Puede encontrarse entre los productos característicos de la temporada: el mole negro, los dulces oaxaqueños, entre los que no puede faltar la calabaza en conserva, las manzanitas de tejocote y el nicuatole, acompañados por el chocolate y el pan de muerto. Todo esto y las frutas de la estación son elementos que se utilizan para adornar los Altares de Muertos y para rodear las ofrendas que se colocan en honor a aquellos que han partido ya de este mundo.
El primero de noviembre es día de "llevar los muertos", la costumbre consiste en obsequiar a parientes y amistades de la familia una dotada muestra de las viandas que integran la ofrenda de muertos. La entrega se hace casa por casa. Este día se venera a los "angelitos", es decir a los parientes que murieron siendo niños. El día dos de noviembre se venera a los finados adultos.
Todos los Santos y los Fieles Difuntos son ocasiones para que nuestro pueblo ejerza sus ancestrales costumbres. Algunos, orando por sus familiares pasados, otros yendo a los cementerios para adornar las sepulturas que permanecen en los panteones, elaborando así los ALTARES DE MUERTOS.
"Los Días de Muertos" representan una mezcla de tradición, culto, fiesta, magia e historia en Oaxaca. Es un espectáculo magnífico el que se vive en los panteones; como el Panteón General adornado con más de 2 mil 400 veladoras, o qué decir del Concurso de Altares de Muertos, de los magníficos adornos de las tumbas, del ingenio y esmero de los familiares para agradar a los ya finados y de toda esta expresión de amor terrenal.
La Ciudad de Oaxaca se prepara para esta reunión con los difuntos, y en cada uno de los Panteones se tienen actividades que es posible compartir, vivir y experimentar por cada uno de nosotros.