sábado, octubre 10, 2009

A la mujer que amo

A la mujer que amo, a la que parece un gato boca arriba
no le deseo noches de tranquilidad, sino de intensa pasión.
No le deseo una vida fácil, sino una llena de frustraciones que le permitan crecer.
A ella, que canta cuando se enoja, que ríe cuando está triste,
que tiene paso rápido, pero que camina lento en los días de lluvia,
a ella que se cree el centro del universo y me ha convencido de ello.
A ella díganle que deseo poder ser el testigo de sus logros y fracasos, de sus sueños y temores,
que deseo ser yo quien le despierte esa sonrisa de niña y ese encanto de mujer.
Pero no sólo se lo cuenten a ella, díganselo también a Dios - si es que existe -
y díganle que por favor la cuide en los momentos que yo no esté a su lado
y le susurre al oído lo mucho que la amo, ya que yo no he podido hacerlo.

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